“Smoke and Rain” (Yolo Martínez Spinoso)

Sofocados por el calor acumulado del día, la noche se hizo larga. Nos despertó el olor a humo. De momento pensamos que algún vecino estaba quemando basura. Pronto nos dimos cuenta de que el olor era distinto. Olía más a madera quemada. 

Por la mañana, leímos las noticias y la gente comentaba por distintos medios sobre los incendios alrededor. Algunas personas ya convocaban a la población para acopiar agua, alimentos y herramientas. Otras, buscaban el transporte para movilizarse y se agrupaban en brigadas para subir a pie a las montañas. 

La gente subió a apagar los incendios con sus herramientas de labranza; pala, machete, azadón. Se armaron con lo que tenían a mano. 

Hillsides on fire. (Photo: Alejandro Beltrán Cordero)

Se formaron circuitos en los que las personas dieron su apoyo elaborando y llevando alimentos, acopiando agua, herramientas y sumándose a las labores de organización, movilización y apoyo emocional. A pesar de lo estresante de la situación, la gente estuvo dispuesta, de buen humor, solidaridad, alegre y firme. 

Los que subimos a la montaña, sabíamos que iba a ser una jornada extenuante, debido al calor excesivo (37°) más el calor del fuego. Con los ojos llorosos por el humo, dimos testimonio de cómo la poca humedad de la montaña daba paso al fuego. Ese fuego consumía de a poco, lo que queda del bosque de niebla (Bosque mesófilo de montaña). 

Con tristeza vimos que el incendio no era el único que consumía la vegetación, sino que la montaña ya había sido usurpada. Éste es el resultado de una devastación paulatina del hombre por los recursos del bosque; el suelo, la flora, los árboles y la fauna. 

Concentrados en la fuerza de los brazos, fuimos abriendo brecha y cercando al fuego. Entre risas y preocupación hombres y mujeres pedíamos en nuestro corazón que llegara la lluvia. 

Escuchamos por otros compañeros que, en otras partes de la montaña, los incendios rebasaban cualquier solidaridad humana. Avanzaba como un dragón trepando las cañadas más inaccesibles.

Pasados los días llegaron las lluvias y con ella la esperanza de que un ciclo se renovará. Sin embargo, las tormentas han sido severas por falta de cubierta vegetal y el cauce de los ríos está descontrolado. Aunque incendio y lluvias son necesarios en el proceso de renovación de la naturaleza, ahora se presentan intensos debido a la contaminación que hemos generado en el agua, los bosques, el aire y las montañas. 

Rio de los Pescados al punto de desbordarse. (Photo: Alejandro Beltrán Cordero)

Esto es sólo un recordatorio de un cambio climático que estamos viviendo. No todos somos conscientes de estos desafíos. Pero sí existimos un grupo de personas que actuamos con los mismos fines y acciones; cuidar el suelo, regenerarlo, aprender sus ciclos agrícolas y la reforestación de las montañas con especies nativas. 

La respuesta social ha sido afortunada. Aunque la magnitud de los hechos nos haga ver pequeños, cómo los arbolitos que llevamos en las manos, seguimos y seguiremos reforestando el bosque.

Coatepec, Veracruz, 21 de junio de 2024
Yolo Martínez Spinoso
Alejandro Beltrán Cordero


HUMO

Nos despertó el olor a humo
el bosque se está incendiando
La tierra se está quejando
El pueblo se va juntando
Nos vamos organizando

Con solo pala y machete
Contra el fuego ya arremeten
A la lumbre hay que apagar
No nos vamos a rajar
La gente se compromete

Se preparan alimentos,
Que son vida, son sustento
Viandas con cualidades
Que nos ayudan a mares
Y qué nos ponen contentos

Ahora cientos de personas
Se distribuyen por zonas,
Van cargados de herramientas,
enfrentan el fuego contentas,
entre risas retozonas.

Nuestro pueblo respondiendo
a la urgencia climática
de una manera practica
El escéptico va jodiendo
en sus laurales durmiendo

No ha querido ayudar
Y ya para terminar
Nos despedimos diciendo
Y a la gente enalteciendo
Por su buen colaborar


Alejandro Beltran Cordero, Yolo Martínez Spinoso

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