Resistiendo “Proyectos de Muerte”: Entrevista con Carlos Beas Torres
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Este artículo fue producido por y editado por Alas Parlantes/Talking Wings. La entrevista fue realizada por Alejandra Altamirano Salazar y traducida por María Magro.
El 28 de abril, fuerzas armadas del estado mexicano desalojaron el Campamento Tierra y Libertad, que la comunidad indígena mixe de Mogoñé Viejo había mantenido por 61 días. El campamento estaba bloqueado la construcción del ferrocarril que forma parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Este megaproyecto, impulsado por el gobierno mexicano y intereses internacionales, busca convertir el Istmo de Tehuantepec, la parte más estrecha del territorio mexicano, en “el nuevo Canal de Panamá.”
Escenas del campamento “Tierra y Libertad.” (Fotos: UCIZONI)
Conectando los puertos de Golfo de Veracruz con el océano Pacifico, el CIIT es solo uno de los proyectos de industrialización del presidente Andrés Manuel López Obrador que está violando los derechos de comunidades indígenas y de la Madre Tierra. Los oleoductos, proyectados por compañías como TC Energy Corporation (TransCanada), ferrocarriles de alta velocidad, y parques industriales, están invadiendo territorios indígenas, y fomentando la destrucción del medio ambiente. Pero comunidades, como Mogoñé Viejo, siguen resistiendo, y después del 28 de abril empezaron a bloquear aún más carreteras.
Enseguida, les presentamos la entrevista con Carlos Beas Torres de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Nortel del Istmo de Tehuantepec (UCIZONI), una organización que ha resistido a CIIT desde su inicio, y que forma parte de la caravana “El Sur Resiste.”
¿Cuál es tu nombre y organización?
Yo soy Carlos Beas Torres. Soy parte del equipo de coordinación de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo de Tehuantepec, una organización que ya tiene 40 años de vida, y que se localiza en el sureste de México, entre los estados de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, muy cerca también ya de Guatemala. Somos una organización que reúne a más de sesenta y cinco pueblos Indígenas, de las naciones ayuukjä'äy (ayuuk or mixe), binnizá (zapoteco), zoque angpøn u o'de püt, los huaves o ikoots, también de los chinantecos. También en UCIZONI, como también se conoce nuestra organización, hay grupos de afrodescendientes.
Es decir, somos una organización pleurítica, independiente de los partidos políticos, independiente de los partidos políticos, independiente de las iglesias. Entonces, somos una organización libre y autónoma.
Me puede explicar más del territorio donde vive, ¿los ríos que se encuentran allí, y porque se tiene que proteger?
La región nuestra es una zona donde quedan las últimas grandes selvas tropicales de México, y donde también tenemos bosque de niebla. Aquí nace uno de los ríos más grandes de México, que se llama río Coatzacoalcos, que aquí lo conocemos como “río del Corte.”
Pero tenemos ya problemas muy graves, porque la introducción de grandes programas ganaderos ha provocado la destrucción de la selva. También, el uso de agroquímicos ha provocado la destrucción de los ríos. La falta de sistemas del manejo de aguas negras de las ciudades está provocando muchísima contaminación en nuestros ríos. Todo esto tiene que ver con lo que se llama desarrollo, ciudades, industrias, ganadería y plantaciones intensivas.
Esto se está poniendo más grave ahora porque ha bajado mucho la cantidad de agua con las lluvias, y tenemos sequías más prolongadas. Estamos enfrentando una situación de emergencia, a pesar de que vivimos en una zona donde todavía existe selva tropical húmeda.
Entonces, hay una crisis, ya por la falta y escasez de agua y nos están imponiendo un megaproyecto que significa parques industriales que significa que van a gastar mucha más agua todavía.
¿Cuál es la misión de UCIZONI y en que están trabajando en este momento?
Desde que nació [UCIZONI] ha tenido como sus ejes principales: la defensa de los derechos de las comunidades Indígenas, la defensa de los derechos de la madre tierra, y, con mucha fuerza, los derechos de las mujeres y de las niñas indígenas, que es el sector de la población que sufre más violencia, más agresiones y más pobreza. Ese es nuestro gran mandato como organización, y dentro de ese mandato tenemos desde hace muchos años una lucha en defensa del territorio.
Nosotrxs vivimos en la parte más estrecha de México, que es un corredor interoceánico. Existe, como corredor, desde hace cientos de miles de años. Pero en los últimos tiempos, los gobiernos, las grandes empresas, las grandes corporaciones transnacionales están buscando cómo utilizar este corredor interoceánico para incrementar el traslado de mercancías e hidrocarburos. Por ejemplo, se están planteando en este momento dos gasoductos, uno que corresponde a una empresa canadiense que se llama TransCanada (TC Energy Corporation) que busca trasladar gas desde el estado de Texas hasta el sureste de México, donde se plantea la construcción de otro gasoducto por parte de dos empresas norteamericanas, Mirage Energy e Hemisphere Northern Logistics.
Entonces es un peligro que tenemos, porque aquí ya existen oleoductos que han provocado graves daños ambientales. En diciembre del año pasado tuvimos tres semanas de crisis ambiental por la fuga de amoniaco, y fueron desplazadas mas de mil quinientas familias en nuestra región.
Entonces este megaproyecto que incluye la construcción de más de diez parques industriales significa una presión muy fuerte sobre los ríos, sobre los arroyos, sobre las fuentes de agua, y también están atravesando obras de ferrocarril rápido para trasladar mercancías. También ampliando puertos, provocando mucha destrucción de árboles, mucha destrucción de montañas.
También estamos luchando contra este megaproyecto, que se llama Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec donde hay capital americano y canadiense que está involucrado.
Escenas del campamento “Tierra y Libertad.” (Fotos: UCIZONI)
¿Y no hubo ninguna consulta con las comunidades locales?
No hubo ninguna consulta bajo los protocolos internacionales, y no fue culturalmente representativa de la cultura y de las tradiciones de los pueblos indígenas. Si hubo unas reuniones de información, pero fueron simulaciones nada mas para decir que ya ha sido consultada la población indígena. Fue nada más que un simulacro, porque, por ejemplo, para la nación Ayuuk, la consulta se hizo a sesenta y cinco kilómetros de los pueblos afectados del ferrocarril. Es decir, la consulta se hizo en un lugar muy lejano y no donde estaban los pueblos afectados directamente.
Entonces la situación más latente en este momento es que están criminalizando el movimiento, verdad, y a usted personalmente, ¿entonces me puede hablar más de esta situación?
En los últimos tres meses, este megaproyecto quedó bajo control de la secretaría de marina, que es un cuerpo militar en México muy violento también, que es el que está ahora intimidando a las comunidades. Es el que está provocando presión sobre los pueblos para realizar los trabajos.
Y justos con estas amenazas, también hemos recibido amenazas de los grupos de la delincuencia organizada, de los carteles, de la droga, que venden protección a las empresas. Pero también nos están criminalizando, están señalando que somos responsables de que el proyecto no se puede realizar, y de que estamos parando las obras, y que eso lo estamos haciendo porque recibimos dinero de la delincuencia organizada, del crimen organizado. Lo cual es muy peligroso, muy delicado, porque está poniéndonos como si fuéramos delincuentes y no guardianes del territorio. Es una forma que tiene el gobierno para descalificar, para minimizar la lucha, y para atacarnos.
¿Entonces el crimen organizado está en la ecuación, pero está siendo señalado en la dirección incorrecta?
Hasta ahora el crimen organizado ha estado trabajando junto con las empresas. Pero, para provocar y justificar la represión, el gobierno está diciendo que el crimen organizado nos está financiando para obstaculizar las obras.
Esto es una forma de criminalizar el movimiento, y es lo que ha estado pasando en los últimos tiempos.
Se piensa que todas las obras extranjeras son para el progreso, pero al final tienen una doble cara.
Si, pues al final de cuentas, es importante que se sepa que este megaproyecto tiene un costo social y ambiental para los pueblos indígenas del Istmo de Tehuantepec, para sus derechos, para su propio futuro, y para su vida. Este proyecto es, lo que nosotrxs llamamos, un proyecto de muerte.
El acuerdo Escazú es un tratado internacional del cual México es parte e impulsa el cuidado del medio ambiente y el desarrollo sostenible. ¿Usted cree que está en juego y se está aplicando, o simplemente se está dejando de lado?
El problema de los acuerdos de Escazú es que, aun si el gobierno mexicano los haya firmado, todavía no existe un procedimiento de cómo aplicarlo, es decir, todavía no hay un protocolo de cómo se debe aplicar.
Esto no solo ocurre en México. Ocurre en otros países que se suscriben a tratados internacionales, pero donde no existen los mecanismos internacionales para que se puedan hacer efectivos, incluyendo las medidas de protección de los defensores ambientales.
¿Nos puede contar más de lo que está pasando en este momento?
Después de los dos intentos de desalojo, el día 21 de marzo y el día 28 de abril, en contra de lxs campesinxs indígenas de Mogoñe Viejo, que han establecido el campamento Tierra y libertad, la lucha sigue. Ya fueron liberadxs lxs detenidxs. Sin embargo, sabemos que hay catorce procesos penales en contra de catorce compañerxs que están en la lucha. Entonces hay un problema ahorita fuerte por la represión. Estamos pidiendo solidaridad internacional y nacional para lxs compañerxs de Mogoñe Viejo.
Manifestaciónes de solidaridad en apoyo a lxs defensores de Mogoñé Viejo en Chiapas, Suiza y Oaxaca. (Fotos: UCIZONI)
También les informamos que esta semana pasada, se dio a conocer que ya iniciaron los trabajos de construcción de un gasoducto que va desde Coatzacoalcos hasta Tuxpan y que esta obra no tiene una manifestación de impacto ambiental y que esta obra la está construyendo Transcanada. Entonces ya empezamos a tener afectaciones al medio ambiente por parte de esta empresa canadiense en el área de la laguna del Ostión, en el sur de Veracruz.
¿Cómo cree usted que podemos ayudar a UCIZONI?
Divulgar la información es muy importante porque se está creando una situación en que estamos encerrados, como si la información de lo que está sucediendo aquí no se sabe. En muchos lugares no se sabe lo que está pasando en estos momentos y difundiendo la situación de criminalización, lo que significa el Corredor Interoceánico y los intereses de TransCanada, esta empresa que construye gasoductos. También allá, los pueblos originarios de Canadá y Estados Unidos han tenido fuertes luchas en contra de los impactos de estas obras. Es importante saber que en México también tenemos una gran lucha en contra de esta empresa.
¿Nos puede contar más de lo que está pasando en este momento?
Después de los dos intentos de desalojo, el día 21 de marzo y el día 28 de abril, en contra de lxs campesinxs indígenas de Mogoñe Viejo, que han establecido el campamento Tierra y libertad, la lucha sigue. Ya fueron liberadxs lxs detenidxs. Sin embargo, sabemos que hay catorce procesos penales en contra de catorce compañerxs que están en la lucha. Entonces hay un problema ahorita fuerte por la represión. Estamos pidiendo solidaridad internacional y nacional para lxs compañerxs de Mogoñe Viejo.
También les informamos que esta semana pasada, se dio a conocer que ya iniciaron los trabajos de construcción de un gasoducto que va desde Coatzacoalcos hasta Tuxpan y que esta obra no tiene una manifestación de impacto ambiental y que esta obra la está construyendo Transcanada. Entonces ya empezamos a tener afectaciones al medio ambiente por parte de esta empresa canadiense en el área de la laguna del Ostión, en el sur de Veracruz.
¿Hay algo más que quiere agregar?
El foco, el punto es que el gran capitalismo, las grandes empresas, y el sistema que gobierna globalmente sigue avanzando en los proyectos de destrucción del medio ambiente y de culturas nativas. Es necesario que los pueblos de diferentes regiones, de diferentes culturas, busquemos cada uno, desde nuestro lugar, luchar en contra de este modelo que está significando la muerte del planeta.
Estamos en un planeta ya moribundo, estamos en un planeta que por el cambio climático está ya expresando graves crisis ambientales. Es necesario que la humanidad, es necesario que los pueblos, levantemos la mirada y puntemos nuestra fuerza para enfrentar esta tragedia. A lo mejor es la última oportunidad, a lo mejor es la última oportunidad de frenar la destrucción del planeta que está siendo provocada por la rapiña, por los intereses de una minoría que solo se interesa por el dinero y no por la vida.
Cómo Apoyar
Si desea enviar una carta de solidaridad a Carlos Beas Torres, a la comunidad de Mogoñé Viejo o a UCIZONI, por favor complete este formulario: